Locos de contento

En un típico departamento de clase media, Claudia y Román esperan ansiosos la visita de Manucho, un amigo que les presentará a un senador de la nación. Esta ocasión se convierte en un símbolo de esperanza y en una oportunidad para que Román obtenga un empleo que les permita orientar sus vidas en medio de la crisis. Mientras se preparan para la visita, se revelan sueños y expectativas, experimentando emociones tan fuertes como contradictorias, también se despiertan desilusiones que acumularon a lo largo del tiempo. El contexto social, político y económico en el que viven se hace presente en sus conversaciones, el futuro parece incierto y la idea de irse del país aparece como una oportunidad. El anhelo de un cambio en sus vidas y la lucha de la familia por un futuro mejor, choca de frente con la euforia y la desesperación que transitan, la realidad les acorrala volviéndolos locos, pero no de contentos.